viernes, 27 de marzo de 2015

Apolo y Dafne: comentario de arte

Comentario de arte: Apolo y Dafne


Se trata de la escultura "Apolo y Dafne", esculpida por Bernini entre los años 1622-1625. Pertenece a los primeros años de juventud de G.L. Bernini, escultor del Barroco por excelencia. Es una escultura de bulto redondo, formada por dos personajes.
Representa a Apolo y Dafne en el momento justo en el que se está convirtiendo en laurel, perseguida por Apolo.
Cupido le lanzó una flecha a Apolo, lo que le hizo enamorarse perdidamente de Dafne. A ella le lanzó una flecha del desamor, lo que la hizo repeler a Apolo, detestarlo, odiarlo sin razón alguna. Dafne, en un momento de desesperación, cuando está cansada de huir de Apolo, le pide a su padre que la convierta en laurel. Esta escultura representa el momento justo de la metamorfosis.
Está hecha en mármol blanco de varios bloques, rompiendo así con la concepción de bloque único de Miguel Ángel.
La técnica es la talla, dejando diferenciadas las texturas del mármol, de la suave y delicada piel bien pulida a la robustez y rugosidad de lo que empieza a ser el tronco del árbol o las ramas de las hojas.
Ésta escultura es muy naturalista. Presenta características del Barroco, pero todavía poco exagerado.
Tiene un buen estudio anatómico en cuanto a los cuerpos, pero resultan todavía un poco idealizados, clasicistas, perceptible sobre todo en el rostro de Apolo. Los cabellos de éste son un poco más realistas, ya que se percibe en él el movimiento, al igual que por el vuelo de paños.
La escultura está realizada para ser vista desde todos los ángulos, pero principalmente para ser vista frontalmente, ya que se puede apreciar el rostro de Dafne durante la metamorfosis.
La luz es generalmente diáfana, pero también tiene ligeros contrastes lumínicos propios del Barroco.
La línea compositiva predominante es la vertical, pero también se aprecia una clara diagonal con los brazos y las piernas de los personajes.
Es una composición abierta, muy típica en el Barroco.
En cuanto al análisis psicológico, se aprecia la ruptura del rostro idealizado, con la expresividad que muestra el rostro de Dafne.
La función es claramente mitológica.
A modo de conclusión, cabe destacar la importancia de esta escultura en el repertorio de Bernini, escultor del Barroco por excelencia.


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