viernes, 27 de marzo de 2015

"Hoy vengo a hablaros de la traición: ese plato que se sirve bien frío, a todas horas y en todas partes del mundo"

La vida está llena de traiciones. Cuando crees que ya no te pueden engañar, cuando te han traicionado ya bastante, cuando crees que tienes los ojos bien abiertos ante el peligro... llega la noticia de que alguien te ha estado engañando durante muchísimo tiempo. Te ha mentido, abrazado falsamente, sonreído falsamente, te ha mostrado afecto falsamente, te ha dado una mano "amiga" con algún problema, te ha utilizado. Después de todo esto llegaron las excusas: el trabajo, los estudios, el cansancio, el frío... Un sinfín de excusas. Y yo, sintiéndome culpable: "¿Qué habré hecho mal?" -Me preguntaba. 

Lo único que considero que hago "mal" es ser fiel a mis ideales, a mi persona. Soy sincera, brusca, capulla a veces, pero no soy una falsa. Quien me conoce sabe que soy la persona más sincera del mundo, que nunca miento ni aun sabiendo que la verdad me llevará a la desgracia. Creo que todo el mundo merece la verdad, todos los días, y si creen que es mejor la mentira...ese es el motivo de su hostilidad hacia mí. Les duele la verdad, creen que no me soportan cuando en realidad no se soportan a sí mismos, no soportan el reflejo que les devuelvo de ellos mismos. Es cierto que la verdad para algunos es relativa. Yo muestro mi verdad porque no sé vivir de otra forma, a quien le moleste pues fuera de mi vida, pero yo, que siempre doy la verdad, no merezco la mentira. Mi vida se basa en la REALIDAD. No soporto la mentira, que me hagan vivir una vida que no es la mía, una vida irreal. La detesto de tal forma que me da hasta pánico vivir en una mentira, ya sea toda mi vida o una pequeña parte. Si me quieres, se dice, se demuestra; si me odias se grita; si te soy indiferente ignórame, déjalo claro; si no me soportas, dilo en el momento en que empieces a pensarlo, ponme cara de asco, insúltame.

Si me guardas silencio, si me mientes, si me das a entender por verdad lo que es una ruin mentira... no esperes que no me sienta traicionada. Yo de lo único que soy culpable es de mi gran sinceridad. Por ella he perdido amigos, y los perderé, pero es mi fiel amiga, la que me dice quién merece la pena en mi vida y quién no. Quien no se asusta de mí (o de su propio reflejo) se convierte en amistad verdadera. La mentira te trae falsos amigos, falsa felicidad, una vida irreal y sobretodo una irrealidad de tu persona, mientras que la verdad hace huir a los falsos amigos, te hace ser fiel a tu persona y, sobretodo, consigues una felicidad mucho más plena. La traición... eso jamás lo podría perdonar.


Pd: ¿Sabíais que yo de pequeña era muy mentirosa? Mentía a mi familia, "amigos", profesores. Guardé silencio durante varios años sobre un grave problema. Pero poco a poco fui abriendo los ojos y me di cuenta de que la mentira no te lleva a ninguna parte. Esos años que permanecí callada los sufrí yo sola, en silencio, y mi almohada muchas noches secaba mis lágrimas, en silencio. Un día me armé de valor, dejé de mentir, me enfrenté al problema, dejé de intentar aparentar en la escuela... hasta que dejé de mentir. El proceso fue duro, fue como un despertar tipo El Show de Truman,  empecé a sufrir la verdad, a descubrir quien era yo (largo proceso fue aquel), porque cuando dices tantas mentiras sobre ti al final no sabes cuál es tu verdad. Poco a poco me fui acostumbrando a vivir con la verdad, o más bien a no poder vivir sin ella. El ser humano es mentiroso por naturaleza, es un mecanismo de defensa de nuestro cerebro, pero yo prefiero nadar a contracorriente siempre con la verdad por delante. Me siento más humana, más humilde, más de verdad ante tanta falsedad de este planeta. Podéis llamarlo ego, pero lo cierto es que se llama autoestima.

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